LOS ACTORES DE PORAMÉRICA HABLAN DE PROGRAMA

En un programa como PorAmérica, en el que participaron fundaciones empresariales y organizaciones de base de seis países, junto con RedEAmérica, la red temática que impulsa el desarrollo de base en la región, con el BID – FOMIN y con el Consorcio para el Desarrollo Comunitario de Colombia, que fue el organismo ejecutor del programa, la opinión de todos los actores es importante. Acá se puede conocer.

UNA EXPERIENCIA CON LA QUE TODOS CRECIMOS: LA PERSPECTIVA DE LAS FUNDACIONES

Un eje fundamental en PorAmérica ha sido, sin duda, el de las fundaciones empresariales miembros de RedEAmérica que participaron en el programa como entidades acompañantes de los proyectos postulados por las organizaciones de base.

En efecto, dentro de la metodología propuesta en el programa las fundaciones asumieron la tarea de identificar y estimular a las organizaciones susceptibles de postular proyectos al programa, muchas de las cuales ya venían trabajando en procesos de desarrollo de base con las entidades acompañantes.

Y una vez escogidas las organizaciones y proyectos, el trabajo de las entidades acompañantes se orientó al acompañamiento a las organizaciones para sacar adelante sus proyectos y apoyar su fortalecimiento durante el proceso en diversas dimensiones: liderazgo, gestión administrativa, diseño de los proyectos, seguimiento y evaluación, rendición de cuentas.

En suma, las 27 fundaciones empresariales que decidieron entrar a participar en PorAmérica se convirtieron en socios, en aliados de las organizaciones. ¿Cuáles eran sus expectativas de participar en el programa? ¿Cómo las benefició el participar? ¿Qué avances vieron en las organizaciones? Un grupo de directores y asesores de las entidades acompañantes respondieron a estos interrogantes.

“Una de las razones que más nos motivó a participar en la Red era la posibilidad de hacer alianzas, y en ese sentido PorAmérica era la primera posibilidad de participar conjuntamente, no solo con fundaciones colombianas sino también en un programa que integrara fundaciones de otros países –comenta la directora ejecutiva de la Fundación Smurfit Cartón de Colombia y presidenta de RedEAmérica, Beatriz Mejía. “De alguna manera con PorAmérica escalamos a una perspectiva aún más grande, hemisférica” comenta.

Para la Fundación Holcim en Argentina, fue la oportunidad de entrar en otro tipo de proyectos: “Nosotros veníamos trabajando desde la Fundación en otros focos más intensamente, con proyectos educativos en general –afirma Andrea Schettini, su directora- y estábamos desarrollando de manera incipiente proyectos de generación de ingresos. Teníamos muchas expectativas de aprender y de empezar a desarrollar más fuertemente proyectos productivos en las comunidades y PorAmérica fue para nosotros la oportunidad de poner en foco este tema”.

En el caso de la Fundación Nobis, de Ecuador, cuenta Paul Velasco, su director ejecutivo: “El programa se convirtió como en una especie de desafío para nosotros. Primero de articular una propuesta que rebasara los límites del Ecuador y que fuera parte de una iniciativa que nos permitiera compararnos con otros programas parecidos en otros países. Pero también porque nos resultaba novedoso, aunque de alguna manera nosotros ya lo habíamos practicado, que los recursos llegaran directamente a las organizaciones de base y que nuestro rol fuera más de asistencia técnica y de acompañamiento, de seguimiento, eso lo veíamos muy interesante”.

Cuatro años después, cuando el proyecto está ya en sus postrimerías y preguntados sobre lo que el programa ha aportado a las fundaciones las y los directores mencionan varios aspectos.

“Yo creo que el trabajo con PorAmérica a la fundación le generó dos cosas que considero muy importantes –comenta Beatriz Mejía-: una es que se logró que en la mayoría de los casos las alcaldías de los municipios donde están las ODB se vincularan al programa. Esa creo que es una forma de buscar otros aliados diferentes a las fundaciones. Y lo otro es que creo que los intercambios, la puesta en común mediante diferentes mecanismos del trabajo entre las organizaciones, han sido muy importantes. Normalmente las organizaciones rurales se caracterizan por estar muy aisladas debido a su misma situación geográfica, entonces el programa generó espacios donde ellos podían participar y compartir, yo creo que eso es de las cosas más valiosas”.

Mejía también mencionó la sistematización de las experiencias. “Ese es un propósito que siempre deseamos alcanzar pero que pocas veces logramos concretar. En este caso era una condición del programa y ellos tenían que hacer su sistematización. De alguna manera esas condiciones un poquito forzadas han ayudado a adquirir unas habilidades o fortalezas que creo que las debemos reforzar cada vez más”.

Para Tatiana Nogueira, encargada de Responsabilidad Social Corporativa del Instituto Holcim en Brasil fue muy importante participar en el programa “porque principalmente nos ayudó a tener proyectos con otras comunidades en los lugares donde trabajamos. También fue importante el apalancamiento de los recursos. Con los recursos que el Instituto Holcim asigna no hubiera sido posible adelantar proyectos tan largos y con resultados tan buenos. Esta alianza para nosotros fue fundamental”.

Andrea Schettini rescata especialmente la consultoría en buenas prácticas de gestión comercial ofrecida por el programa: “la forma de encarar y las dimensiones que brindó a las organizaciones para analizar su nudo crítico con respecto a la comercialización; todo lo que es el desarrollo de catálogos para poder ofrecer sus productos y todo ese paquete fue muy interesante y le agregó mucho valor a las organizaciones. Nosotros también compartimos esas capacitaciones y el uso de estos manuales, de estas guías, lo que nos ha enriquecido mucho”.

En Ecuador se valora sobre todo el aporte metodológico: “La Fundación –dice Paul Velasco- ganó metodología, ganó un modelo de intervención que en principio, teóricamente y por la experiencia que tuvimos, es bueno. También diría que ganamos en lograr un clima o un ambiente favorable, como procesos para generar una sinergia institucional alrededor de los proyectos. Porque con la presencia de todos estos elementos metodológicos, con toda esta rigurosidad de procedimientos, con el hecho de que atrás estaba RedEAmérica, estaba el BID, esto creaba un clima favorable alrededor de las comunidades que permitía acercarnos al sector público, a las entidades gubernamentales, especialmente a los gobiernos locales, donde estaban los proyectos y también al sector privado, que en algunos casos específicos aportó y apoyó el desarrollo de estos proyectos”.

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